viernes, 26 de noviembre de 2010

UN ESPAÑOL ENFADADO CON LOS QUE SE LO LLEVAN CRUDO (El texto no es mio pero lo he posteado por su calidad política)

VIVÍS DE MI DINERO.

Paso fuera de mi casa y lejos de mi familia una media mensual de 360 horas (15 días completos), contribuyo al fisco con un 40% de mi salario; entre impuestos directos, indirectos, tasas obligatorias y demás gravámenes, trabajo más de la mitad del año para el Estado. Pago un colegio a mis hijos, mientras financio un sistema de educación pública; me dejo un turrón en una póliza de sanidad privada, pero abono religiosamente mi correspondiente diezmo para que muchos puedan tener cuidados médicos. De lo segundo no me quejo (a pesar de que nadie me lo reconozca) y de lo primero no me quejaría si no fuese porque la educación pública consiste en meter a los niños en fábricas de ignorantes donde sólo se hace hincapié en su adoctrinamiento en un conjunto de paridas sin sentido.

Muchos están peor que yo. Se levantan a las 6 de la mañana, vuelven a casa cuando sus hijos se van a la cama, conviven con la cotidiana amenaza de perder su trabajo y hacen encaje de bolillos para que el fruto de su sacrificio vital les permita llegar a fin de mes.

Y otros, de número creciente, están aún peor. Han perdido su trabajo y conservan escasas esperanzas de conseguir otro.

Todos, de alguna manera, ponemos un montón de dinero para que vosotros, que sois muchos, os alimentéis de nuestra pasta.

Porque vosotros, incompetentes ejecutivos de la nada, mediocres gobernantes de nuestro Estado central, vivís de nuestro dinero. Sois parte un elefantiásico entramado de Ministros, Secretarios de Estado, Directores Generales, y parásitos varios que contáis con un ejército de asesores, viajáis en coche oficial y reserváis Clase Preferente en vuestros viajes privados, con mi dinero. A cambio, resultáis totalmente incapaces de resolver nuestros problemas, no garantizáis nuestra seguridad ni dentro ni fuera de España, no nos protegéis del desempleo, ni prestáis servicio alguno. Sólo se os ocurren normas para coartar nuestra libertad, para vigilarnos, atemorizarnos y decidir qué es bueno para nosotros. Tomáis posesión de nuestra vida pública, privada y de nuestro dinero para complicarnos la vida, y parís normativas orientadas a seguir siendo necesarios, a no permitirnos deshaceros de vosotros.

Por si fuese poco, inventáis problemas inexistentes, enfrentáis a la sociedad reabriendo debates cerrados, legisláis para cuatro, y tenéis la jeta de pagar un sueldo a majaderas de manual sin el menor sentido el ridículo que nos hablan de “acontecimientos planetarios”. Todo con mi dinero.

Vosotros, prebostes de alguno de los diecisiete gloriosos mini-estados autonómicos, también vivís de mi pasta. Unos subidos a cuentos imposibles como la fábula de Aitor, otros mitificando a unos segadores de hace cuatrocientos años. Los demás, a rueda de éstos, os habéis montado un chiringuito de consejerías, direcciones, subdirecciones, patronatos, embajadas y demás máquinas de gastar. Con mi dinero, claro está. Usáis la pasta que yo gano trabajando para fomentar la insolidaridad y sembrar el odio a España; reclamáis la parte que vuestros inverosímiles derechos históricos os adjudican para poder aumentar la pléyade de vuestros deudos, para comprar votos con empleos a dedo. Vivís en la reivindicación permanente que haga andar a una bicicleta que se caería si parara. Vosotros, garrapatas, no resistiríais el mínimo ejercicio de competencia para la obtención de un puesto de trabajo en el ámbito privado, vuestro único mérito es haber medrado en la estructura de un partido político. Y ahora, vivís de mi dinero.

¿Y qué decir de vosotros? Sabandijas de los sindicatos de clase. Liberados del trabajo, la responsabilidad y el cumplimiento del deber. ¿Cuántos sois? Sólo en Madrid, 3200; sólo en Madrid vuestro chollo nos sale a los contribuyentes por 77 millones de euros. ¿Para qué? Para que tengáis el uniforme, el mono o la bata sin estrenar. Para que viváis de una novela en la que sois los únicos personajes, porque no representáis a nadie, sin acudir a vuestro puesto de trabajo. No tenéis afiliados, no defendéis nada, firmáis condiciones laborales de miedo para vuestros presuntos representados, cobráis un canon por los ERE´s, o lo que es lo mismo, sangráis al currito en concepto de “asesoramiento” cuando le ponen en la calle; os dedicáis a hacer política, calláis cuando miles de currantes pierden su empleo por no molestar a otros chupones de vuestra cuerda, y ejercéis la protesta asimétrica según quien gobierne. No valéis para nada, no arregláis nada, no solucionáis nada, no defendéis a nadie, algunos habéis conseguido llevar tan lejos vuestros tejemanejes que acabáis de directivos en vuestras empresas…y vivís de mi pasta.

Y no me olvido de vosotros. Engreídos “creadores”, apoteósicos mediocres del arte presunto, vividores del mérito subvencionado y subvencionable. Vosotros también vivís de mi pasta. Os señaláis la ceja para apoyar sin disimulo a quien os ha puesto en casa, alimentáis vuestra vida regalada de mis impuestos, y además me insultáis. Si no voto al partido que os gusta, podéis llamarme “hijo de puta”; si no comulgo con el Gobierno que os pone el pesebre pedís que se me encierre en un cinturón sanitario; si voto a quien no os mola, me llamáis asesino…todo eso después de que este hijo de puta, asesino y carne de sanidad progre os haya dado de comer con su dinero, a cambio de que produzcáis bodrios infumables que tratan de ganar una guerra 70 años después o que sólo sirven para que alguno pueda liberarse de sus complejos, algunos sexuales.

Habéis conseguido que todo hijo de vecino sea considerado delincuente preventivo y tenga que pagaros cada vez que se compra un teléfono móvil, una impresora, un ordenador…Habéis forzado la máquina de quien tanto os debe como para permitiros reclamar el tributo a quien se bautiza, hace la comunión, se casa o baila en la plaza del pueblo; cualquier día nos sangraréis en nuestro entierro. Vosotros, bucaneros de la creación de medio pelo, no venderíais ni uno sólo de vuestros estofados en el mercado privado, no conseguiríais financiación ni para la décima parte de vuestras piltrafas. La inmensa mayoría de los que vivís de mi contribución y de sirlarme, no seríais capaces de engañar a un inversor para que sufragase las medianías que nos colocáis. Vivís del cuento, y encima os ponéis chulos mientras me metéis la mano en la cartera. Firmáis manifiestos para los que no tenéis la menor legitimidad ni altura moral, y os auto designáis como el “mundo de la cultura”; entregáis rosas por la Paz a los asesinos, os vestís de palestinos entre playa y casino, y no tenéis una puñetera palabra para los que cayeron muertos de un tiro en la nuca, sin poder oler esas rosas que entregabais, mientras pagaban vuestros saraos y se retrataban cada vez que compraban un CD.

Todos vivís de mi pasta y sois muchos, cada vez más. Y nosotros cada vez menos.

PD: Sirlar, en argot de la cárcel, es robar con violencia o intimidación.

HISTORIA, CRISTIANISMO, SEXUALIDAD Y POLÍTICA.

ALGUNAS NOCIONES SOBRE HISTORIA, CRISTIANISMO, SEXUALIDAD, Y POLÍTICA EN CINCO CAPÍTULOS. 



       CAPÍTULO 1. UN POCO DE FILOSOFÍA E HISTORIA


       Después de Hegel sus discípulos se dividieron en hegelianos de derechas que reconciliaron sus opiniones religiosas con el cristianismo protestante; y hegelianos de izquierda que eran hombres jóvenes con enfoques radicales.     

      Luis XIV persiguió a los grupos místicos de la Iglesia Católica, como  los quietistas y jansenistas. Persiguió a los protestantes y eliminó la libertad religiosa.

      La política represiva de Luis XIV explica por qué la filosofía de la ilustración y la Revolución Francesa reaccionaron violentamente contra la corona francesa y el cristianismo (a quien la corona supuestamente defendía).

       Durante la Revolución Francesa, Diderot y D´Holbach rugieron la descristianización de Francia. Muchos revolucionarios dijeron que si la monarquía había justificado la represión en nombre del cristianismo, ahora era apropiado vengarse, aplastando al cristianismo y su jerarquía.

      Durante la Revolución Francesa los deístas se unieron a los agnósticos y los ateos en su oposición violenta al cristianismo. O sea, que un campo cristiano y otro secular anticristiano se enfrentaron sin piedad el uno al otro.

      Después la Revolución Rusa siguió esa tradición.

      Marx fue notablemente influido por Hegel y se incorporó enseguida a los jóvenes hegelianos de izquierdas.

      La esencia del marxismo es la transformación de la filosofía de Hegel del idealismo al materialismo. La filosofía marxista es el esquema hegeliano de la historia reformulado en términos explícitamente materialistas, ateos.

      Esta transformación se debió, al desarrollo de tendencias antireligiosas durante la ilustración. Los filósofos franceses de la ilustración desafiaron a Dios.

      Pier Bayle, atacó las restricciones y dogmas religiosos. Voltaire criticó virulenta y aún groseramente a la religión. La filosofía de Diderot fue materialista y atea, además de un hedonista, que decía que la moral no tenía nada que ver con la religión, para él, el bien estaba asociado al
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placer físico, y el mal con el sufrimiento. Y D´Holbach fue un enemigo fanático de la religión.

   Todo ello degeneró en el marxismo que es la cosmovisión que más brillantemente ha atacado a Dios. No solo se oponían a todo tipo de divinidad, sino que afirmaban

que “la violencia era la partera de la historia”; y la mentira “un arma revolucionaria”. O sea, que justificaban la maldad y la falsedad, que son constitutivas mitad y mitad del odio, que es contrario al amor, que a su vez es una fuerza de carácter emocional, compuesta de verdad que nos hace libres, y de bondad que nos mantiene unidos. 

    Ciertamente la URSS era el imperio del mal, como decía el presidente norteamericano Ronald Reagan.

    Al principio de la revolución rusa, los dirigentes comunistas animaban todo tipo de libertinajes sexuales, incluido el incesto con niños.

    Cuando sus psiquiatras empezaron a enviar informes y más informes sobre los graves desequilibrios que originaban estas prácticas sexuales, los comunistas cesaron en estas prédicas.    

      De esta herencia histórica beben las izquierdas mundiales y también la izquierda española.

    Las persecuciones anticatólicas de las implacables izquierdas durante nuestra triste guerra civil; bebían directamente de la Revolución Francesa y del comunismo soviético.

    Y la saña con que las izquierdas y sus grupos mediáticos afines intentan en nuestros días falsificar lo que fue nuestra guerra civil, demuestran hasta que punto siguen pensando que “la mentira es un arma revolucionaria”.

   Leer a Pió Moa es un ejercicio de higiene intelectual, si queremos inmunizarnos frente a tanta falsedad histórica interesada.

   La Segunda República fue ilegítima de origen y de práctica, fue creada por unas  izquierdas cuyos elementos más radicales eran totalitarios y prototerroristas, cuyo ideal de estado era la Unión Soviética.  Aliándose con fuerzas separatistas, - y, por tanto, racistas y antiespañolas -, iniciaron la guerra civil en 1.934 por medio de un golpe de estado revolucionario y sovietizante, y empujaron a unas fuerzas de derechas claramente católicas, - y que por ese catolicismo no eran fascistas, porque el fascismo y el nazismo son teorías políticas apoyadas fuertemente en el paganismo -, hacia la guerra civil por medio de todo tipo de terrorismos estatales y paraestatales.

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Es por ello que fueron y son principales responsables de la cruenta guerra civil y de los cuarenta años de dictadura siguientes, las derechas son únicamente responsables de no haber reprimido enérgicamente a las fuerzas de izquierdas que empujaron el golpe de estado antidemocrático de 1.934. En especial a sus dos brazos directores: el golpista PSOE, colaborador de la dictadura de Primo de Rivera, y Ezquerra Republicana.

Cuando Aznar en 1.996 ordenó “pasar página”, en vez de limpiar a fondo el cáncer de corrupción social felipista, cometió la misma irresponsabilidad que las derechas en 1.934/35.

   Hoy como ayer, las izquierdas y los separatistas enemigos de España, andan revueltos en triste contubernio y hacen todo lo que pueden para falsificar la historia de España, a fin de debilitar a las fuerzas cristianas más nobles de España.

   Frente a este estado de cosas, las derechas deben fortalecer su espíritu refugiándose en sus valores cristianos más queridos, y contraatacar con la afilada y acerada espada de la verdad, como yo estoy haciendo ahora, a fin de hacerles retroceder para que no se apoderen de las conciencias mediante el engaño.

   Recuerden los cristianos que el primer acto contrario a la ley de Dios en el Paraíso Original no fue un acto de violencia malvada, fue un acto de falsedad engañosa. Dijo la serpiente antigua a Eva refiriéndose al fruto prohibido: “No, no moriréis; es que sabe Dios que el día que de él comáis se os abrirán los ojos y seréis como Dios, conocedores del bien y del mal” (Génesis 3, 4).

    Las transferencias constantes de riqueza, desde obreros, autónomos y pequeños empresarios, o sea, trabajadores; hacia las clases más acomodadas burguesas, desde el inicio de la democracia española hasta hoy; tienen su origen en el egoísmo anticristiano.

   La suficiencia, el descreimiento, y el particularismo han mutilado a la sociedad de hoy en su función de guiar al hombre hacia el altruismo y hacia lo divino.

   El derecho de propiedad privada no es absoluto. Los que poseen propiedad tienen responsabilidades ante Dios, ante su comunidad, y ante sus semejantes. Santo Tomás de Aquino afirmó que un ser humano “debe poseer cosas externas no como suyas propias sino ...para ....estar listo a comunicarlas a otros en caso de necesidad.” Y el apóstol Pablo dice “a los ricos de este mundo encárgales que ...(sean) liberales y davidosos”. (I Tim 6,17-18)

   La Madre Teresa de Calcuta ha dicho que la primera vez que vio a un hombre muriendo en las calles, sintió repulsión. Pero algo la impulsó hacia esa persona, la indujo a recogerla y llevarla consigo a su hogar.
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Cuando miró en los ojos de ese hombre, vio a Cristo. Descubrió el verdadero valor de su prójimo. Las implicaciones de la tradición judeocristiana no tienen frontera. Cada hombre y cada mujer, por estas razones, merecen nuestro respeto, nuestro amor, nuestro cuidado y nuestra preocupación.

  Cuando los cristianos asuman todas las implicaciones del judeocristianismo  derrotaran completamente al socialismo.

  El economicismo tiene su origen en el egoísmo. Y el hedonismo lujoso tipo Vogue, tan pansexualista, tan insolidario, tan de izquierdas; que justifica el abandono de esposa (o esposo) e hijos en nombre de nuevos impulsos sexuales y emocionales; tiene también un origen egoísta anticristiano.

  Son dos raíces malvadas que alimentan un mismo árbol enemigo de Dios y de nosotros sus hijos e hijas.

    Aunque las fuerzas de izquierda y sus cómplices separatistas ya no asesinan sacerdotes ni queman iglesias, como hicieron durante nuestra guerra civil, siguen persiguiendo todo lo que huela a cristiano. Pues como en la famosa fábula del escorpión, que pica en mitad del río al animal que lo transportaba, matar a Dios y al cristianismo “está en su naturaleza”.

Todas las maneras de hacerlo se les antojan válidas en España han tomado entre otras, la fórmula de reponer en los medios de comunicación y de cultura todo tipo de contenidos anticristianos y en Manzanares han tomado, entre otras, la norma de reponer Carmina Burana, que como muchos saben, es una obra musical que se mofa del cristianismo.

    Los tirititeros y bufones modernos siempre están dispuestos a servir rápido y bien a quien les pagan, y Salvador Távora, director de la obra Carmina Burana, no es una excepción.




















CAPITULO DOS. SOBRE LA INMORALIDAD SEXUAL Y SUS MITOS.

    Vivimos tiempos en que la pureza sexual es atacada en España desde múltiples frentes: desde los programas más infectos de telebasura, pasando por las chabacanas teleseries españolas, donde lo más gracioso que se dice, son siempre chistes de contenido sexual cada vez más grosero. Siguiendo por programas de televisión española como Dos Rombos, donde se invita a todo tipo de prácticas sexuales, sin importar si es el amor o el vicio lo que las incitan, y terminando por programas como el de Juan y Medio en Canal Sur, donde los niños más seleccionados para preguntar a los invitados a ese programa, son aquellos que demuestran más picardía sexual en sus preguntas. Los contenidos de la canción que ha ganado en Eurovisión Júnior, informan como la iniciación sexual se quiere empezar ya desde la infancia.

    No están lejos los tiempos en los que los socialistas despenalizaron los abusos a menores. 

   En estos tiempos no es fácil oponerse a esa ola de basura inmoral; pero como la verdad es más fuerte que la falsedad; vamos a intentarlo con decisión.

    Desde los años sesenta, las ideas de “revolución sexual” se han ido propagando, cambiando nuestro ambiente cultural, educativo y social. Sin embargo, esta liberación no ha traído más amor a nuestra sociedad, las relaciones humanas han ido perdiendo paulatinamente generosidad y espontaneidad. Numerosas parejas, supuestamente liberadas, son víctimas de la incomunicación. 

   El sexo se ha convertido en un tremendo gancho publicitario. El extraordinario atractivo del impulso sexual se utiliza sin tapujos por todos aquellos que tienen algo que vender.

   En este ambiente no es sorprendente que el hedonismo sexual haya dado luz a las
formas más siniestras de explotación, de miseria, y criminalidad. Jamás han estado tan a sus anchas el tráfico mafioso de la prostitución, el “turismo sexual”, la violación y el abuso sexual de niños.

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   Un cuarto de siglo después de esa falsa liberación sexual, que ha provocado un verdadero caos moral, tenemos que aprender que la verdadera “libertad sexual” no puede existir sin “responsabilidad sexual”.

   Vamos ha hacer aquí un examen objetivo de los falsos mitos que componen la ideología de la liberación sexual empezando por la mentira del “sexo seguro”.

   Se dice que el preservativo proporciona sexo seguro frente al Sida, pero el preservativo además de su porosidad presenta niveles de ruptura que alcanzan el 15 %, y más todavía entre los jóvenes. (Family Planning Perspectives, enero/febrero 1992. Science et Vie, agosto 1.993.  50 Millions de Consommateurs, abril 1.994).

  Según la Universidad de Texas, de 100 relaciones protegidas con preservativo entre un seropositivo y un seronegativo, el riesgo de contaminación es de un 18 %, en el caso de un preservativo de buena calidad y de un 54 % si es de calidad ordinaria. (Social Science And Medicine, junio 1.993).

   Debemos también recordad que es conocido desde hace mucho tiempo que el preservativo no es una forma anticonceptiva segura.

   En resumen si quisiéramos hablar con propiedad del nivel de protección que tenemos con los preservativos, ante embarazos y enfermedades de transmisión sexual, deberíamos hablar más de “ruleta rusa” que de “sexo  seguro”.

   Por tanto, la mejor protección contra embarazos no deseados y enfermedades de transmisión sexual, está en la abstinencia sexual antes del matrimonio y en la posterior fidelidad conyugal.

   El tabú del análisis sistemático.

   ¿Por qué no mirar la verdad cara a cara? Porque como lamenta el profesor Roger Henrison, “se trata de una enfermedad (el Sida) donde las consideraciones éticas, sociológicas, filosóficas y aún ideológicas tienen más importancia que las consideraciones puramente médicas, hecho que nunca había visto en mi carrera”.

    La “libertad sexual” sin responsabilidad vale más para algunos que la vida de millones de seres humanos. Por eso algunas minorías influyentes se oponen a una estrategia de análisis sistemático, recomendado por autoridades médicas competentes (Conseil de L´ordre des médecins et Académie Nationale de Medicine) y por el 94 % de los franceses (Según sondeo de Paris Match, 14 de Enero 1.993). Solamente una política de análisis sistemático permitiría a cada uno ser responsable de su comportamiento. El resultado de una política sin análisis sistemático es que hoy en Francia, según la evaluación del profesor Jean-Marie Andrieu, alrededor del 30 al 50 % de los seropositivos, es decir, 60.000 a 100.000 personas, no saben que son portadoras del virus, y, por consiguiente, pueden sin saberlo, transmitir la enfermedad con sus comportamientos irresponsables.

   Las consecuencias desastrosas de la falta de análisis sistemático combinada con la propaganda falsa sobre el preservativo son, según el Director de Sanidad de Estados Unidos, Everest Koop, que una relación sexual con una persona de la cual ignoramos su
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historial sexual es igual, desde el punto de vista del riesgo de contaminación por el VIH, a mantener una relación con cada una de las parejas anteriores a esta persona, más las parejas de estas parejas, etc.
 
  El último anuncio del gobierno socialista español en las televisiones, invitando al uso del preservativo masivo como mejor formula para acceder “sin riesgos” a un pansexualismo, que cambia de pareja cada día, es la demostración directa de que detrás del “buen rollito” y la sonrisa tonta, del gobierno de Zapatero y sus ministras Vogue, sólo hay vaciedad intelectual e irresponsabilidad moral.   

  La mentira del sexo seguro, que predomina en el discurso político y de los medios de comunicación sobre el Sida, sirve para esconder otros mitos de la ideología decadente de la irresponsabilidad sexual. Estos mitos inundan la vida familiar, sobre todo a través de la televisión.

   La mentira naturalista: “el sexo es natural”.

   Con el triunfo del materialismo, se pensó que la sexualidad humana, al igual que la sexualidad animal, debía expresarse libremente, y que las prohibiciones culturales, al reprimir la sexualidad eran responsables de todas las perversiones.

   La filosofía naturalista, que reduce el hombre a un simple animal, ha permitido a zoólogos eminentes llegar a tener una fraudulenta fama de expertos en sexualidad humana. En realidad la sexualidad animal y la humana tienen diferencias enormes. La sexualidad animal está regulada por las estaciones y está dirigida exclusivamente a la reproducción. La mayoría de los animales copulan solamente una o dos veces al año, y las hembras dejan de ser receptivas cuando ya están fecundadas. La sexualidad humana, abarca una dimensión mental que determina su orientación. Psicoanalistas y biólogos han renunciado a llamar instinto sexual a la sexualidad humana, hablan de “impulso”, o sea, una fuerza que cada uno dirige según el contenido que le dé, según el modelo que siga, o el ideal que tenga.

   El impulso sexual necesita educación. Cuando no hay guía, existe el riesgo de un desarrollo regresivo y obsesivo. Cada uno tiene que lograr dominar su sexualidad para hacer de ella una dimensión creativa de su personalidad. Los padres y la sociedad tienen que ayudar a los jóvenes en este aprendizaje.

     La mentira culturalista “el sexo es cultural”.

     No teniendo miedo a las contradicciones, los militantes de la “libertad sexual” se
apoyan unas veces en el naturalismo, y otras, por el contrario, en el culturalismo. Este afirma que el hombre no tiene una “naturaleza” predefinida y explica que todos los comportamientos sexuales son un producto de la cultura.

    Así, se presenta a la homosexualidad como una orientación o una opción sexual
entre otras, todas moralmente equivalentes. Vivimos en una sociedad multisexual donde todas las “sexualidades” deben llegar a expresarse. La tolerancia es ilimitada, algunos reivindican la pedofilia y la abolición del tabú del incesto. Los medios de comunicación publicitan este tipo de ideas.
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   El mito cultural es tan engañoso como el mito natural. Es absurdo negar las leyes naturales que nos determinan parcialmente. Naturaleza y cultura tienen que existir en armonía. La sexualidad no puede desarrollarse plenamente si no es vivida conforme a su propósito original.

   Es verdad que la orientación de nuestro impulso sexual la determina nuestra historia familiar y nuestros modelos culturales, aunque no es menos verdad que todas las influencias que recibimos no son iguales. Una persona que crece en un ambiente familiar armonioso tendrá todas las posibilidades de llegar a ser heterosexual y monógamo. Por el contrario un padre hostil o ausente y una madre excesivamente posesiva, son causas reconocidas de la homosexualidad y de las desviaciones sexuales.

   El fraude transexual.

   Se llega a presentar el fraude transexual como un cambio completo de sexo, y para que la falsedad sea completa, se permite el cambio de nombre en el registro civil. Multitud de personas deben pensar que una mujer se puede convertir en un hombre completo y viceversa. La realidad es que un transexual si no opera sus órganos genitales es un fraude quimérico, y si los opera más todavía, puesto que se queda  sin órganos sexuales femeninos o masculinos. Si se ha “transformado” en mujer, jamás podrá tener orgasmos, ni mucho menos concebir, y durante las relaciones sexuales, siente escozor y apenas produce placer, porque no tiene glándulas que le lubrifiquen la seudovagina artificial operada. La nuez y el habla hombruna quedan también como muestra, de que eso que se presenta como mujer, es un fraude parecido a cuando nos venden un automóvil, y al intentar ponerlo en marcha descubrimos que no tiene motor.

   Si la “transformación” es a hombre, el fraude es mayor todavía, porque el colgajo muscular que le colocan, a modo de pene, no es capaz de estar erecto.

  La confusión entre el sexo y el amor.

  “Paz y amor”, “Haz el amor y no la guerra” llegaron a ser los lemas por excelencia de los sesenta, como si la sexualidad fuese automáticamente una expresión de paz y amor. Esta ingenuidad de la revolución sexual es la fuente de una confusión peligrosa.
 
  La sexualidad puede llegar a ser el germen de la peor violencia. Peor aún que la violencia física, ya que ataca la mente del ser humano, es el caso de la violación, del abuso de los niños y la esclavitud sexual. La pornografía utiliza mucho este lado violento del impulso sexual. En Francia, una mujer de cada veinte, dice haber sido víctima de relaciones forzadas y en el 67 % de los casos, antes de tener 15 años. (Los comportamientos sexuales en Francia, 1993). En algunas parejas casadas, la sexualidad desbocada se expresa por medio de agresiones.

   Según el psiquiatra americano Erich Fromm, “el deseo sexual puede ser estimulado tanto por el amor como por la angustia de la soledad, por la esperanza de conquistar o ser conquistado, por la vanidad, o por el deseo de herir o incluso de destruir. Parece que toda emoción fuerte, y el amor siendo una  entre muchas otras, tiene el privilegio de estimular el


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deseo sexual e incorporar el deseo sexual. Mucha gente asocia en la mente el deseo sexual y la idea del amor, y llegan fácilmente a la conclusión de que están enamorados simplemente porque se desean físicamente” (El arte de amar).

   La sexualidad llega realmente a ser un acto de amor sólo cuando la persona aprende a amar antes de comprometerse en relaciones sexuales. Durante la adolescencia se adquiere esta madurez del corazón a través del control de uno mismo y las relaciones desinteresadas. Cuando se libera demasiado pronto, la sexualidad del adolescente es esencialmente narcisista y no relacional. Como dice el profesor Henri Joyeus: “Las relaciones sexuales precoces no son en realidad más que masturbación entre chicos y chicas ya que cada uno busca, sobre todo, su propio placer.           

  La doctora Suzanne Képes escribe: “en los adolescentes hay un deseo profundo de afirmar la virilidad o la feminidad y no saben todavía establecerlas sobre bases de amor. Si utilizamos una metáfora sencilla, el proceso psicológico es el mismo que en la prostitución: es la afirmación del propio poder y la propia identidad sin amor, incluso de forma despreciable, aunque luego vengan el remordimiento y la culpabilidad”.

  Adular a los adolescentes haciéndoles creer que sus deseos sexuales constituyen amor es engañarles de manera peligrosa sobre su propia madurez. Es también alejarles de los tipos de relaciones que favorecen la madurez de su carácter, o sea, la amistad, el espíritu de equipo, el respeto a los demás. La amistad requiere del sentido moral ya que exige la honestidad, la lealtad y el darse desinteresadamente. La pasión amorosa prematura, al contrario, excita el egoísmo, la hipocresía, el juego de la seducción, (que es palabra que quiere decir atraer con engaño) y desarrolla en el adolescente un “falso yo” más que una identidad auténtica.



CAPITULO III. MAS SOBRE LA INMORALIDAD SEXUAL Y SUS MITOS

   El mito del sexo como pasatiempo y la trampa del erotismo.

   “Preferimos un sexo divertido, un sexo que sea un modo de comunicación simpático, un poco como un aperitivo” decía un productor de televisión (Liberación, 13/09/86). Después del mito ingenuo “el sexo es amor”, aquí tenemos el mito cínico “el sexo es divertido”, divulgado por todo tipo de vendedores de sexo. Según este mito la sexualidad es sólo un pasatiempo. Tiene que ser sobre todo abundante, diversificado, siguiendo los consejos radiofónicos de expertos sociólogos o psicólogos. Además, es muy barato, gracias al preservativo a “precio al alcance de los jóvenes”.

  Este concepto está basado en un grave desconocimiento de la sexualidad humana.
Desde Freud, sabemos que el sexo no concierne sólo al cuerpo, sino a todas las dimensiones de la mente. No hay una sola actividad sexual, aunque solo sea mental, que no afecte de forma duradera a nuestra afectividad, a nuestra capacidad de amor.

  Toda experiencia sexual se memoriza en el subconsciente y crea una huella emocional y mental. Cuando la sexualidad se vive en el seno de un amor verdadero, basado en el compromiso total de la persona, esta memoria acerca a los esposos. Al contrario, si la
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sexualidad se vive con motivaciones egoístas, infantiles, el resultado será un parón en el desarrollo de la persona.

   Por eso una sexualidad incontrolada llega a ser cada vez más compulsiva y obsesiva. Está comprobado que la pornografía vende como una droga: una droga de venta libre, que representa el 25 % de las publicaciones y el 40 % de la industria videográfica. Entre la pornografía suave y la pornografía dura, existe la misma relación que entre la droga suave y la droga dura: pasamos de la una a la otra sin ni siquiera darnos cuenta. Millones de hombres en Francia se han acostumbrado a la pornografía. Esta destruye numerosas parejas, porque los maridos intoxicados, o bien pierden interés por sus esposas, o bien proyectan sobre ellas fantasmas de violencia y de humillación que llenan su imaginación. En consecuencia, la pornografía favorece el desarrollo de la violencia sexual.

  En una encuesta realizada en las cárceles, el 82 % de los pedófilos confesaban el papel importante de la pornografía en sus pensamientos y comportamientos. En el 40 % de los crímenes sexuales, el criminal confiesa haber usado material pornográfico justo antes de actuar. (Comisión heese sobre Pornografía, 1.986). En nuestra sociedad, cargada con sobredosis de erotismo, las imágenes sexuales están siempre presentes y no sólo influyen a los criminales potenciales, sino a cada uno de nosotros y, desgraciadamente, a jóvenes y a niños.

  El mito de la experiencia sexual   

  Basados en conceptos materialistas, algunos piensan que la mejor forma de aprender a amar es tener muchas experiencias amorosas y sexuales. Siguiendo esta lógica “cuanto más hago el amor, y con un número mayor de personas, mejor lo puedo hacer” Es la filosofía central de numerosas revistas para jóvenes, como el semanal “20 Ans”.

   En realidad, el seductor o la seductora son generalmente personas que se sienten incapaces de amar, y compensan su vacío afectivo con una necesidad de dominar e incluso de herir. Además, la sexualidad desenfrenada disminuye la fuerza del sentimiento. Debido al poder de memorización de las emociones sexuales, los recuerdos de las experiencias sexuales pasadas interfieren con las experiencias presentes y futuras, a veces incluso en forma de imágenes y sensaciones muy claras durante el coito. Este fenómeno destruye la intimidad de la pareja. Así pues, cuantas más parejas sexuales haya tenido una persona, más se cargará su memoria afectiva (su corazón) de recuerdos que le impedirán invertir totalmente en una relación de amor verdadera y única.

   Elogio de la virginidad

   La situación ideal es la virginidad antes del matrimonio. En este caso, la sexualidad de la pareja en un bien secreto, que ninguna otra persona ha manchado y que fortalece la intimidad de la pareja. La virginidad del cuerpo permite la virginidad del corazón. Lejos de quedar en desventaja, la falta de experiencia sexual antes del matrimonio, permite a la pareja casada descubrir juntos ese jardín de delicias. Según la psicóloga Coleen Mast: “en el matrimonio, la experiencia y los recuerdos de sus relaciones aumenta el deseo de los esposos de conocerse mejor y profundizar en su  relación. El sexo les une, enriqueciendo y estimulando su compromiso mutuo”. (The World and I, septiembre 1.989).

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  Los jóvenes que han tenido relaciones sexuales antes del matrimonio pueden cambiar sus vidas empezando un periodo de abstinencia, estableciendo así una “segunda virginidad” y preparándose para el matrimonio.

   La invención de la sexualidad adolescente.

   Antes se pensaba que el impulso sexual aparecía en la pubertad y maduraba solamente al final de la adolescencia. La adolescencia era la transición entre la niñez y la edad adulta, durante la cual la madurez del corazón necesitaba la disciplina de los sentidos.

   Desde los años sesenta, por el contrario, se valora la adolescencia como la edad ideal por excelencia para las experiencias sexuales. Jugando con los sentimientos de invulnerabilidad y omnipotencia propias de esta edad, nuestra cultura promueve todos los impulsos narcisistas, antisociales y autodestructores del adolescente, en vez de ayudarle a caminar hacia la madurez social. Vivimos, afirma el psicoanalista Tony Anatrella, en una sociedad “adolescéntrica”.   

   Los efectos de la actividad sexual precoz

   Las experiencias sexuales de los adolescentes les hacen perder su estabilidad emocional. Les llevan a un mundo de emociones que son incapaces de dominar. Les dan la ilusión de ser capaces de amar, cuando en realidad lo que buscan sobre todo,  en la experiencia sexual, es la confirmación de su virilidad o de su feminidad más que la felicidad del otro.

  Las experiencias sexuales llegan a ser entonces fuentes de malentendidos trágicos para los adolescentes. Constituyen un factor de riesgo predominante en las depresiones y suicidios de adolescentes. Según un estudio americano, el 36 % de los adolescentes que intentan suicidarse acaban de vivir la ruptura de una relación. (Pediatrics, Febrero 1.991).

  Afortunadamente, los adolescentes no están todos tan hambrientos de sexo como algunos tratan de hacernos creer. El estudio ACSF de 1.993 sobre “Los comportamientos sexuales en Francia” revela que: “La edad de la primera relación sexual se sitúa más o menos a los 17 años para los hombres y a los 18 años para las mujeres. Por otra parte, muchos adolescentes tienen su primera experiencia sexual empujados por la presión social, teniendo miedo de ser anormales si están vírgenes después de los 16 años. Peor todavía: el 60 % de las chicas que han tenido relaciones sexuales antes de los 15 años y el 74 % de las que las han tenido antes de los 14 años han confesado haber sido empujadas por la fuerza o a través de amenazas por un adulto, o por un adolescente mayor que ellas (Alan Guttmacher Institute, sex and America´s Teenagers).

   En un sondeo realizado por American Family Planning, al preguntar a chicas de más de 16 años que habían tenido relaciones sexuales, de que tema les gustaría tener más información, el 84 % se pronunció por: ¿Cómo decir no sin ofender al otro?” (USA Weekend 27/29, diciembre 1.991).

  Numerosos estudios demuestran que la castidad es un factor de equilibrio entre los jóvenes. Un sondeo realizado en 1.987 por el Who´s Who Among American High School

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Students, demuestra que el 73 % de los estudiantes más avanzados eran vírgenes. Otro estudio confirma que los adolescentes vírgenes tienen 6 veces menos riesgo de suicidio, 18 veces menos riesgo de abandonar sus hogares, 10 veces menos riesgo de consumir marihuana, y 5 veces menos riesgo de expulsión de la escuela, que los adolescentes no vírgenes.

  Según el educador Guy Durand: “Las experiencias sexuales, sobre todo entre los jóvenes, tienen el riesgo de parar su desarrollo afectivo hacia la madurez psicosexual. Pues, acostumbrándose a vivir la sexualidad como simple placer, llegan a ser poco capaces de experimentarla como un medio de comunicación y compromiso”. (Sexual Education).

  Los deseos  sexuales tienden  a cristalizarse al nivel de las primeras experiencias.

Por esta razón un niño, víctima de abusos sexuales, perpetuará, una vez adulto, las reacciones infantiles relativas a esa experiencia. A menudo, llegará a ser él mismo, un padre abusivo.

  De la misma forma, un adolescente que abusa de su cuerpo tendrá más dificultad, una vez casado, de ir más allá de las formas narcisistas y compulsivas de la sexualidad juvenil. Incluso el abuso de la masturbación tiene el peligro de perpetuar esa costumbre hasta la edad adulta y cristalizar las tendencias egoístas y culpabilizantes de la sexualidad adolescente. Además, crea fantasmas que no corresponden a la realidad de las relaciones sexuales de pareja y destruye la vocación relacional del sexo. Durante la adolescencia se debe ganar la batalla contra la masturbación.

  El despertar de la sexualidad en la pubertad no significa su madurez. Más bien significa el principio de un proceso de crecimiento, durante el cual el adolescente tiene que llegar a dominar los deseos de su cuerpo, integrándolos en un proyecto de amor verdadero y duradero.

  La decepción de la educación sexual

  En estas condiciones, nos podemos preguntar, ¿qué pretenden los programas de educación sexual para menores de 14 años asumiendo que son sexualmente activos, desearán serlo, o debían serlo?. ¿Cuál es el objetivo real de folletos como “La primera vez” publicado por la “Agencia Francesa de la lucha contra el Sida” y distribuido en masa a jóvenes adolescentes para incitarles a perder, cuanto antes, su virginidad?.

  Sólo pretende incitar a la actividad sexual y hacer propaganda del preservativo. Dado la falta de eficacia de éste, el tipo de educación sexual propuesto  sólo se convierte en un factor más para la difusión del Sida. Se incita a los jóvenes a correr riesgos mortales, mintiéndoles acerca de la protección que se le ofrece. Para convencerse del efecto incitativo de los programas de educación sexual, tenemos que acordarnos que el mismo fenómeno se observó cuando empezó la educación de los anticonceptivos en las escuelas en la lucha contra los embarazos no deseados de los adolescentes. Desde 1.973, fecha de lanzamiento en América a cargo del Family Planning, estos programas han tenido como principal resultado el aumento de la actividad sexual entre los jóvenes, y, por consiguiente,

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un aumento de embarazos ( + 87 % ) y de abortos ( + 67 % ) entre las adolescentes, o sea, exactamente lo contrario de lo que se pretendía (Pediatrics, Febrero 1.991).

   La educación sexual en general contribuye al malestar de los jóvenes presentándoles la sexualidad como algo normal y desprestigiando la virginidad como si fuera una tara. El psicoanalista Tony Anatrella nos avisa sobre su objetivo real: “Podemos preguntarnos si todo esto no es mas que una desilusión gigantesca organizada por adultos fascinados todavía por la sexualidad juvenil con la cual se identifican. Esa relación de carácter pederástico y ese deseo tan grande de iniciar sexualmente a niños son serios funcionamientos defectuosos de la relación educativa. (The Forgotten sex).

  En el momento de redactar este artículo leo un artículo en el Confidencial Digital que me llena de alegría y me reafirma en todo lo que voy exponiendo: La prestigiosa revista científica Lancet acaba de publicar un documento firmado por 140 científicos, - entre ello el director de programas contra el Sida, de la Organización Mundial de la Salud - y dirigentes políticos estatales y de agencias de Naciones Unidas, que recomiendan sobre todo la abstinencia sexual y la fidelidad como las formas más eficaces de prevenir el contagio contra el Sida, -Y los embarazos no deseados añado yo, porque el preservativo es ineficaz para impedir el embarazo entre el 13,2 y el 27,3 % de los casos según Family Planning Perspectives, enero/febrero 1.992-, cuyo virus es 450 menor que un espermatozoide. El informe de la ONU dice que, en Europa, donde se han lanzado numerosas campañas apoyando el uso del preservativo, el número de infectados ha aumentado en un 112 %, en los últimos cinco años.

  Este informe recomienda Abstinencia como la forma eficaz 100 % de evitar el contagio, e insiste en recomendar a los jóvenes que retrasen al máximo el inicio de las relaciones sexuales. También apuesta por la monogamia mutuamente fiel.

  En Uganda, que es uno de los países más afectados por el Sida, se han seguido estas recomendaciones, de Abstinencia y fidelidad monógama, y han advertido que el uso del preservativo, no elimina totalmente el riesgo de contagio. El resultado es que este país ha pasado de ser uno de los países donde el número de contagiados era cada vez mayor, a convertirse en uno de los pocos donde la propagación del Sida ha disminuido. 
    
   Elogio al pudor

   El prejuicio que está detrás de las tentaciones para iniciar a los jóvenes al sexo,
consiste en hacerles creer que el pudor, que les incita a preservar su pureza sexual, es producto de una moral reprimida y que genera vergüenza, la “última muralla de la hipocresía burguesa”. En realidad es todo lo contrario.

  El pudor no genera vergüenza, sino el sentimiento innato e intuitivo de que la sexualidad es sagrada, está profundamente ligada a nuestra identidad, pertenece a la intimidad de la pareja y tiene que ser protegida. “El pudor, dice Xavier Lacroix, es el guardián de la individualidad”. La vergüenza, al contrario es un sentimiento que nace cuando nuestro pudor natural es maltratado. Reconociendo el pudor como un derecho natural, la sociedad castigaba antiguamente los “atentados al pudor”.


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  CAPITULO IV. MÁS SOBRE LAS RELACIONES SEXUALES Y EL AMOR.

  El mito romántico de la pasión amorosa

  Con la influencia de la cultura de Hollywood, heredera del romanticismo, el amor ha llegado a ser sinónimo de pasión. En la mente moderna, el amor pertenece exclusivamente al campo del sentimiento. Amar es “sentirse” enamorado, una experiencia que se nos echa encima imprevisiblemente, sin que se pueda hacer nada por evitarlo, y que luego desaparece con el mismo misterio (salvo en el cine que es cuando la película termina).

  Esta valorización de la pasión se opone a otro concepto del amor, el que valoraba antes la tradición del matrimonio cristiana: el amor no sólo como un sentimiento sino como un acto de voluntad, como la capacidad de darse incondicionalmente para la felicidad de los demás, dominando los propios sentimientos egoístas. Siguiendo este modelo, el matrimonio constituye no solamente el fin deseado del amor, sino también su fundamento. Es una dicotomía entre la acción de amar y la pasión del amor, o según expresa el filósofo Denis de Rougemont: “¿Cuántas personas conocen la diferencia entre una obsesión ante la cual nos rendimos y un destino el cual asumimos?”.

  Las dos dimensiones del amor conyugal

  La pasión y el compromiso no son contradictorios, sino que son las dos caras de lo que tendría que ser una relación conyugal equilibrada. Algunos psicólogos enseñan que la pasión amorosa, caracterizada por la idealización del ser querido, reproduce la experiencia infantil del cariño a los padres. La voluntad de comprometerse por un largo tiempo y de sacrificarse por el otro es la esencia del comportamiento paternal.

 El amor conyugal equilibrado contiene dos dimensiones: la primera proviene de un comportamiento filial y se expresa en la gratitud, la confianza y la dependencia afectiva (el sentimiento de no poder vivir sin el otro); la segunda viene de un comportamiento paternal y se traduce en el compromiso absoluto, el sentido de la responsabilidad que siente la pareja, el uno por el otro.

   Al igual que el niño necesita del sentimiento de eternidad fundamentado en el carácter absoluto e indestructible del amor de sus padres, el esposo o la esposa necesitan del sentimiento de eternidad que le da el compromiso total y absoluto de su pareja. Esta base garantiza la confianza y la seguridad necesarias para la curación y el desarrollo de los corazones.

   Es el compromiso mutuo lo que da al amor conyugal la capacidad de perseverar en cualquier situación. La pasión, en cambio, tiende a ser cambiable. El psicólogo Erich Fromm escribió: “El amor tendría que ser esencialmente un acto de voluntad, la decisión de confiar íntegramente mi vida a otra persona... El amor no surge solamente del poder del sentimiento sino de una decisión, de un juicio, de una promesa”.

   Es también el compromiso absoluto, expresado en el matrimonio que permite a la relación conyugal adquirir una dimensión social. El proyecto común de una pareja casada empieza generalmente por desear hijos, pero se prolonga también en un sentido de
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responsabilidad social y de generosidad en general. El significado del matrimonio no es solamente privado, sino también social. Esta dimensión social ayuda a fortalecer el amor de la pareja, ayudándoles a ir del “egoísmo de dos” que caracteriza la luna de miel, hasta el sentido de su responsabilidad paternal y social.

   Los adolescentes buscan el amor exclusivo, basado sobre el compromiso absoluto. Cuando somos adolescentes, soñamos todos con encontrar el alma hermana, con la cual podremos vivir toda nuestra vida. Queremos amar de por vida, e incluso por la eternidad. Nuestra primera experiencia de amor nos da ese sentimiento de eternidad.

  El adolescente no tiene siempre, sin embargo, la madurez de corazón necesaria para comprometerse de por vida. Su ideal de amor queda en el campo de la imaginación, mientras la pasión amorosa la siente en su carne. Debe esforzarse por hacer equilibrar las dos, dejando para más tarde la satisfacción de los deseos carnales. El ideal del matrimonio le permite mantener la pureza pensando en su futura pareja. El ideal de la castidad antes del matrimonio está ligado íntimamente con el ideal del amor absoluto.

   ¿Matrimonio o unión libre?

   A primera vista, se puede pensar que la cohabitación antes del matrimonio, o “un ensayo prematrimonial” constituye una buena preparación para el matrimonio, incluso una prueba antes del compromiso definitivo. Parece tan lógico que hoy hay pocos padres que sepan qué decir a sus hijos cuando desean este camino.
   
  Según las estadísticas, sin embargo, las parejas casadas que han cohabitado antes del matrimonio tienen mucho más riesgo de divorcio. La unión libre antes del matrimonio es pues, indirectamente, uno de los factores más importantes de divorcio.

  Este fenómeno se explica muy sencillamente. La cohabitación antes del matrimonio es un sistema de relación basado implícitamente, sino explícitamente, sobre la negación de un compromiso. Cada uno se reserva una puerta de salida en caso de dificultad. En el matrimonio, por el contrario, cuando se vive con un compromiso profundo, éste permite superar todas las crisis y ayuda a estrechar la unidad de la pareja a pesar de las dificultades. Aunque exteriormente esos dos tipos de relaciones pueden parecer iguales, interiormente, son radicalmente diferentes.

  Una pareja que establece su relación sobre la base del no-compromiso desarrolla ciertas costumbres, y por este hecho tiene muchas dificultades en adaptarse al sistema relacional que significa un compromiso incondicional. En una encuesta de principios de los años 80 se preguntaba a parejas no casadas lo siguiente: “¿Cuándo empezasteis a vivir juntos, fue una decisión consciente o, por el contrario, sucedió sin esa decisión?” Las dos terceras partes (más los hombres que las mujeres) respondieron que de la segunda manera. (Louis Roussel. The uncertain family) ¿Es posible entonces que sobre esta base estas parejas sean capaces de mantenerse unidas, incluso si se casan?. 

   Las mismas palabras “ensayo matrimonial o prueba matrimonial” son un engaño. El matrimonio no es algo que se ensaya, como no lo es ni el nacimiento ni la muerte. Es un acto central de la vida, corresponde al pasaje de una existencia a otra. Y la adolescencia no es lo suficientemente larga para prepararse para esa aventura.
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   Al contrario de lo que podríamos pensar, el matrimonio no es un refugio donde huir de los peligros. Los que buscan sólo la seguridad en el amor son incapaces de formar una pareja feliz y menos una familia. El matrimonio es un compromiso total hacia una aventura heroica y extraordinaria.



CAPÍTULO V. LA ESCUELA DEL AMOR VERDADERO, UN POCO MÁS DE HISTORIA Y UNA DEMOSTRACIÓN DEL PODER DE JESUCRISTO Y DE LA EXISTENCIA DE DIOS.

   La familia verdadera, la escuela del amor.

   En su famoso libro “el arte de amar”, Erich Fromm nos dice que el amor es un arte que, como todas las artes, se aprende. Es incluso el arte más difícil pero también el más necesario para todos los seres humanos.

   Entre las reglas del arte del amar está lo que llamamos la moral. Esta no es necesariamente un sistema represivo, sino un conjunto de normas que ayuda al desarrollo y a la práctica del amor verdadero.

   Aunque las normas morales varían de una cultura a otra, algunas tienen un valor
universal. Su pérdida provoca la decadencia de la civilización, privando a los hombres y mujeres del aprendizaje del amor, que es el derecho más fundamental.

  Especialmente los principios de la castidad antes del matrimonio y de la fidelidad en el matrimonio son ideales para el desarrollo del individuo y factores de armonía en la sociedad. Los padres tienen que enseñar y mostrar a sus hijos estas virtudes que constituyen el fundamento de su futura felicidad.

  Efectivamente, es sobre todo en la familia donde se debe aprender el arte de amar. La familia es la escuela irremplazable del amor. Nuestra primera experiencia de amor la hacemos en nuestra familia. Por eso, construir una familia y dar a luz hijos es una inmensa responsabilidad que exige madurez y generosidad. Hay muchos datos que nos permiten afirmar que los niños que crecen en familias conflictivas o destrozadas tienen secuelas afectivas, carecen de una estructura psicológica estable y quedan mermados en su capacidad para relacionarse y, a menudo, repiten más tarde los mismos errores que sus padres.

   Las secuelas afectivas de hijos e hijas creados en familias conflictivas o destrozadas tienen su traducción social, porque afectan a toda la nación encaminándola a una mala regresión, decadente e involutiva.  Y a través de esa nación afectan al mundo entero.
    
   Muy a menudo, el interés excesivo por la sexualidad entre los jóvenes es simplemente el resultado de una falta de amor y de una buena dirección en la familia. Esa es la tendencia en todos los comportamientos destructivos de los jóvenes, según Claude Couderc, autor de “Our Children faced with drugs (Nuestros hijos frente a la droga)” Algunos adolescentes buscan en la droga o en la delincuencia una segunda familia.

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   Cuando André Gide, y tras él una generación de intelectuales, decía: “Familias, os odio! Hogares cerrados, puertas cerradas, el celo reprime la felicidad!”, estaba expresando en realidad su experiencia personal. La familia, puede efectivamente llegar a ser un infierno, un lugar de exclusión y de opresión, cuando se construye sobre malos pilares. ¿Cuántos hombres y mujeres pasan por esta dura experiencia? ¿Cuántos niños, sobre todo, pagan el precio del amor inmaduro de sus padres?.

  “El amor empieza en casa. Las personas que se aman totalmente y verdaderamente, una a la otra, son las más fieles del mundo. Esto se puede apreciar entre los más pobres. Ellos aman a sus hijos, aman a su hogar, puede que no tengan casi nada o incluso nada de nada, pero aún así son felices”. Madre Teresa.

  Para salir de este ciclo infernal del sufrimiento familiar, no debemos dejarnos seducir, o sea, ser atraídos con engaño, por los mitos falsos de la cultura moderna. Sus profetas andan tan perdidos que confunden el sagrado amor verdadero con la seducción que es exactamente su contrario. Las palabras no son neutrales y es curioso que cuando se refieren a la confianza entre los miembros de la pareja, digan que son “cómplices”, que es una palabra que tiene un connotación delictiva y criminal. Busquemos para nosotros y para nuestros hijos, el ideal del amor verdadero, absoluto y duradero, dónde los esposos sean algo más que “cómplices”. Este amor existe. Es la búsqueda más noble y valiente del hombre y de la mujer. Exige una inversión total de uno mismo. Y sobre todo..., el verdadero amor merece nuestra espera.    

  La historia de la inmoralidad, de los valores familiares y de la religión en el mundo

  Según el erudito historiador Arnold J. Toymbee, de 21 grandes civilizaciones que ha habido en la historia del mundo, 19 se han venido abajo por caer en la inmoralidad sexual decadente. En sentido contrario vemos que las naciones más avanzadas son las cristianas occidentales y las orientales que siguen a Confucio. La religión cristiana tiene unos valores familiares muy desarrollados y los valores que defiende Confucio tienen una ética familiar también muy desarrollada. 

  La historia nos enseña también que cada vez que una nación ha cogido el testigo religioso de otra nación y ha mejorado este legado, esta nación ha florecido.

  He utilizado en este artículo por capítulos razones religiosas, políticas, filosóficas, históricas, psiquiátricas, psicológicas, médicas, sociológicas, etc. O sea, que he argumentado mi exposición con líneas de pensamiento religioso y científico muy difíciles de rebatir. No obstante, este artículo será leído por muchos profetas del libertinaje sexual que no modificaran su conducta ni un ápice, ¿Saben por qué?: porque no piensan con la cabeza, piensan con los órganos sexuales de los que son esclavos.

   Decíamos anteriormente que la relación entre erotismo blando y pornografía dura es la misma que hay entre droga blanda y droga dura: se pasa de una a otra sin darse cuenta. Y al igual que es difícil que la cabeza de un psicodependiente de sustancias adictivas admita razonamientos que le lleven a desandar su camino de perdición, es también muy difícil que la cabeza de un psicodependiente emocional o sexual, admita seriamente que tiene un problema grave de concupiscencia o lujuria.

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  De hecho es más difícil todavía en el caso de la impureza sexual, pues mientras la sociedad y los medios de comunicación advierten una y otra vez sobre el problema de las sustancias adictivas, esa misma sociedad y sus medios de comunicación en su mayor parte dirigen sus mensajes subliminales, indirectos y directos hacia el consumo de erotismo y pornografía.

  Para terminar esta serie de artículos les ofrezco una demostración simple y racional de los milagros, de los poderes divinos de Jesucristo y de la existencia de Dios.                                                                            

   Milagro es la conversión de la explosión energética ocurrida hace catorce mil millones de años, al principio del universo, en formas de materia y vida  con un contenido de conciencia y amor cada vez mayor. El poder divino de Jesucristo es la continuación evolutiva natural de ese milagro. Dios es la consecución natural última donde desemboca necesariamente nuestra propia evolución hacia formas de vida con un contenido de amor cada vez mayor, pues que como hijos e hijas de Dios, Dioses somos fundidos en amor con Dios. 

                                                              
 MANIFIESTO POR LA FAMILIA VERDADERA

1.    El Amor y el desamor son, respectivamente, las causas fundamentales de la felicidad y la infelicidad humana.
2.    El amor verdadero pretende la felicidad del ser amado, sin perjudicar a los demás.
3.    El amor verdadero respeta la naturaleza del ser amado.
4.    La naturaleza humana anhela satisfacer los deseos del cuerpo y de los sentidos pero sobre todo anhela satisfacer los deseos superiores de encontrar la verdad, la bondad y la belleza.
5.    La infidelidad es enemiga de la verdad y destruye la confianza y el compromiso en que se basa la relación de amor.
6.    La promiscuidad y la búsqueda prioritaria del placer sexual marginan los deseos superiores del ser humano.
7.    La sexualidad no es el camino adecuado para llegar al amor verdadero. La sexualidad plena es la conclusión del amor conyugal verdadero en la familia.
8.    El amor verdadero es algo que se construye por propia voluntad. El amor conyugal auténtico requiere un proyecto común y un compromiso.
9.    Cuanto mayor es nuestro compromiso por mejorar la sociedad que nos rodea tanto más se fortalece el amor en la pareja. Cuanto mayor es nuestra pasión por defender la libertad y la justicia y por hacer un mundo mejor, TANTO MÁS CRECE EL AMOR CONYUGAL.
10.  Si empezamos experimentando en nosotros esa pasión por la verdad, por la bondad y por la belleza; si luchamos día a día por crear un entorno de amor y de grandes horizontes, surgirá en nuestra vida la pareja ideal, o transformaremos a la que tengamos en un ser de luz con la que podremos vivir un amor apasionado.
11.  El amor verdadero es intenso, generoso y creativo.
12.  Es perfectamente posible vivir en una permanente y constructiva pasión amorosa. La infidelidad, el adulterio y los amores de un día son pasiones efímeras y destructivas. El amor verdadero crece con el paso del tiempo.