CONTESTACIÓN A LA CARTA DEL CORRUPTO BORBÓN
En una carta tan confusa y difusa como su ética, su moral y
su patriotismo, el ciudadano Borbón se ha dirigido a la nación española y todos
los medios la interpretan como si hubiera cumplido con su deber.
No Juan Carlos I, tu deber es abdicar y el mensaje a España
debería haber sido este:
Españoles.
Profundamente apenado y arrepentido, por practicar, permitir
y alentar la corrupción en España con consecuencias tan graves para el espíritu
individual y colectivo de la nación que 37 años después de heredar del
Generalísimo Franco, Caudillo de España por la Gracia de Dios, una nación con
justicia social, unida y reconciliada, la entrego divida y enfrentada con el
deseo que se reconduzca a las esencias patrias que nunca debiéramos haber
abandonado.
Las esencias patrias suben por la sangre de Viriato y
Numancia, por la herencia greco latina y judeocristiana, beben en las fuentes
de los Reyes Católicos, entran en clara decadencia con la sangre de los
borbones y se reafirman en sus mejores tradiciones con los 36 años de la
Jefatura de Francisco Franco. Pues en el árbol de la vida provenimos de Dios,
subimos ayudados por el tronco de la amada patria española, nos elevamos o
entramos en decadencia por la herencia de genética de la familia y lo aprendido
en el entorno familiar y social, y definitivamente somos asumiendo nuestra
mejor responsabilidad personal.
Cuando asumí la jefatura de España, las diferencias entre la
titulada burguesía universitaria (25 % de la población) y el resto de
trabajadores eran menores y ahora, debido a mi corrupción impulsando la de
España, las transferencia de riqueza de los trabajadores y las burguesías
universitarias bajas a las informadas altas burguesías tituladas, o corruptas
élites extractivas (2 al 4 % de Españoles) han sido inmensas y la desunión que
esta injusticia trae ha dividido a España al punto de correr peligro grave de
ruptura.
Las élites políticas, mediáticas, económicas, financieras, intelectuales,
culturales, deportivas, etc. informadas de que yo robaba desde mucho antes que
Jesús Cacho lo denunciara en El Negocio de la Libertad, empezaron también a
robar sabedoras de que podrían chantajearme con mi implicación en nuestro mutuo
tráfico de influencias, al punto de intervenir personalmente para modificar la
jurisprudencia del T. Supremo para impedir que Alberto Cortina y Alberto
Alcocer, condenados a tres años y cuatro meses por multimillonaria estafa y
falsedad entrarán en la cárcel. Que es una de las formas como los ricos, (Asesorados
por abogados de postín expertos en argucias leguleyas que nunca utilizarán con
los pobres, pues lo primero que hicieron estos ilegales, cuando murió el
caudillo, fue eliminar el turno de oficio), son juzgados en España cuando roban
a mansalva. Véase la salida de Bankia a bolsa y la estafa inmensa de las
preferentes llevadas a cabo por los políticos y sindicatos presentes en sus
consejos de administración
Los españoles desinformados por unos medios de comunicación
especializados en ocultarle al pueblo lo esencial para utilizar esa información
a precios desorbitados que se reparten con las tituladas élites (Véase mi
secretario y embajador real Manuel Prado y Colón de Carvajal) a las que se la
venden para extraer pingües beneficios con ese tráfico bochornoso; han pagado
un precio desorbitado en pobreza, paro, miseria, hambre y desahucios pues hasta
la vivienda hemos encarecido artificialmente para que las altas burguesías nos
pudramos enriquecidos de dinero.
Y como muestra de que mi arrepentimiento es sincero,
devolveré la colección de pintura duque de Hernani a sus legítimos dueños,
pediré perdón a los altos funcionarios que corrompí para cometer tamaño
desafuero, devolveré a la hacienda pública la inmensa fortuna que he atesorado
ilegalmente con el tráfico de influencias, pido perdón a los españoles por
encabezar el golde de estado del 23F con la compañía del PSOE y resto de
partidos nacionales menos una parte de UCD y pediré perdón a mi mujer por
haberla ofendido tanto.
Y declaro desde este momento que yo y la familia real nos
ponemos a disposición de los juzgados españoles, sin más fueros que los del
ciudadano común para que la justicia sea igual para todos. Y después de ello
marcharemos todos al exilio.